“Universo Lis”, la exposición que sintetiza las colecciones del Museo Art Nouveau y Art Déco
(Lunes, 5 de noviembre de 2018) La exposición “Universo Lis” exhibida en el Museo Art Nouveau y Art Déco entre el 19 de octubre de 2018 y el 10 de marzo de 2019 introducía y sintetizaba todas las colecciones de su muestra permanente articulándose a través de un tema principal: la diversión y el entretenimiento de la burguesía en la época del Art Nouveau y Art Déco. Para ello, se invita al visitante a realizar un recorrido a través de las obras de arte que contextualizan la época y que se han distribuido en diferentes espacios: “A la playa”, “Al teatro”, “De viaje”, “La Victoire”, “La industria del autómata” y “La Casa Lis”.
“A LA PLAYA”
A comienzos del siglo XX, Europa conoce un periodo de paz y un inesperado desarrollo económico. Las clases sociales enriquecidas patentan una nueva forma de vivir, despreocupada e inspirada en la consigna de “La vida es bella”. La Belle Époque se extiende por toda Europa y se concentra en los veranos en las playas de la Costa Azul. En Cannes y Biarritz, se dan cita las estrellas del cine mudo, las bailarinas famosas del “Music Hall” y las mujeres de los nobles rusos que huyen de la revolución. En este espacio, se muestran las poses de las bañistas de la Costa Azul, a través de las Bellezas de Baño, estas pequeñas figuras realizadas en porcelana biscuit, imitando el color y la textura de la piel, cubiertas con trajes de baño en sedas y tules adornadas con pelucas de mohair. Los artistas captan el glamour cosmopolita y sofisticado plasmándolo en estas estatuillas.
“AL TEATRO”
En torno a 1900, París era el centro cultural que atraía a los artistas. La gente acogía y aplaudía las novedades del Folies Bergère y del Moulin Rouge. En cuanto al ballet, seguía anclado en el pasado y sin la popularidad de los otros espectáculos de la época hasta la aparición en París de la compañía de Ballets Rusos, capitaneada por Sergei Diáguilev. Desde su llegada a Europa en 1909, Los Ballets Rusos de Diáguilev se convirtieron en el espectáculo del año y en la compañía de ballet más influyente del siglo XX. Su influencia perdura hasta nuestros días.
En los años 20, llegaron a Europa nuevos ritmos como el jazz o el foxtrot que rápidamente ganaron adeptos. El tango se bailaba en París de la mano de Rodolfo Valentino, Gardel o Piazzola y el charlestón enloquecía a toda una generación. Todos estos cambios son algunos de los elementos que sirvieron de inspiración a los escultores de criselefantinas y que configuraron la demanda de los europeos acaudalados para adornar sus nuevas casas con estas esculturas. Uno de los principales escultores de criselefantinas es Demetre Chiparus. Conocido por sus trabajos de figuras femeninas y bailarinas, se inspira sobre todo en los ballets rusos de Diáguilev. Chiparus representa a una mujer moderna, emancipada, que viste con libertad. Exquisito y elegante en el tratamiento de los vestidos, Chiparus consigue mejor que nadie la integración del bronce y el marfil con una compleja técnica de modelado y fundición a la cera pedida en sus criselefantinas convirtiéndose en un símbolo del Art Déco.
“DE VIAJE”
A finales del siglo XIX, se producen en Austria y más concretamente en Viena, unas esculturas de pequeño y mediano formato realizadas de forma artesanal en bronce policromado con el nombre de “Bronces Viena”. Los europeos sienten la atracción por los viajes a los países africanos y asiáticos para conocer el exotismo que refleja la literatura de la época. De las colonias comienzan a llegar animales salvajes y se fundan los primeros zoológicos, donde las familias burguesas de las ciudades pasan las tardes de domingo. El cinematógrafo proyecta documentales sobre las costumbres y formas de vida de estos países y “Las Mil y Una Noches” se convierte en un referente literario en todas las tertulias de los cafés vieneses. Los escultores austriacos como Franz Bergmann o Carl Kauba consiguieron crear una imagen de marca con la que el resto de Europa se sintiera atraída por poseer estas pequeñas figuras. Estas figuras de bronce policromado de pequeño formato obtuvieron un gran éxito, ya que satisfacían los gustos de la nueva burguesía fascinada por lo exótico alcanzando un renombre mundial y llegando a venderse con el sello de Bronces Viena.
LA VICTOIRE
La “Victoire” es un tapón de radiador realizado en vidrio moldeado a presión cuyo modelo fue creado el 18 de abril de 1928 por Lalique. El autor se inspiró para su diseño en la idea de la “Victoria alada de Samotracia” descubierta en 1863 y expuesta en el Louvre desde 1866. Lalique deseaba representar con el tapón la velocidad del coche en el que estaba situado y enfatizar esa celeridad con el pelo soplado por el viento y la cara boquiabierta. Por esta razón, la pieza también fue conocida en la época como “Espíritu del Viento”. Este es uno de los tapones más conocidos y distinguidos de Lalique, tanto que incluso la reina Victoria Eugenia ofreció el modelo a sus hijos. Automóviles de marcas como Rolls Royce, Citroën o Bentley han llevado insignias producidas por Lalique. Actualmente, los tapones de radiador realizados por el autor y también llamados “mascotas”, debido a que varios de ellos representan figuras de animales, son algunos de los objetos más codiciados por los coleccionistas.
LA INDUSTRIA DEL AUTÓMATA
París era el centro de la moda a mediados del siglo XIX y en torno al barrio de Marais se instalaron los mejores talleres que se dedicaron a la fabricación de muñecas autómatas. Las principales casas fueron Roullet Decamps, Vichy y Lambert. De todas ellas, podemos apreciar ejemplos en esta exposición.
Roullet & Decamps
Sin duda, una de las empresas francesas más famosas y productivas. Jean Roullet (1832-1907) es el fundador de esta casa. Era conocido por sus personajes y animales amaestrados. Se asoció con su yerno, Ernest Decamps (1847-1909) y fabricaron bellísimos autómatas.
Vichy
Fundada hacia 1860 por Antoine Michel, Henry y Gustave Pierre Vichy y Gustave Pierre Vichy. En términos generales, los autómatas de Vichy son mucho más realistas que los de Lambert. Las cabezas, normalmente de papier maché, se fabricaban para cada personaje. Vichy se sintió especialmente fascinado por el potencial artístico de los payasos y los pierrots.
Leopold Lambert
Leopold Lambert empezó trabajando para Vichy, donde aprendió las técnicas y los ingenios mecánicos. En la exposición, podemos apreciar algunas de sus creaciones, tales como MArquise, Danseuse y Espagnole, piezas que se sujetan de pie sobre una base que oculta el mecanismo musical y realizan movimientos sencillos. Aunque pertenecen a un periodo, entre 1870 y 1900, y por tanto son producciones más masivas que las de primera época, las cabezas de Jumeau de extraordinaria belleza y los vestidos suntuosos le dan un carácter personal a cada pieza.
CASA LIS
Cuando en 1905 D. Miguel de Lis termina su casa, organiza una gran fiesta donde invita a lo más selecto de la sociedad salmantina. A la vez, encarga a Venancio Gombau, el mejor fotógrafo de la época, un reportaje amplio de su nueva casa.
D. Miguel es el prototipo de nuevo rico al que la industria de los cueros le ha permitido prosperar y como tal necesita que todos sus conciudadanos lo sepan. La Casa Lis de Salamanca, actual sede del Museo Art Nouveau y Art Déco, es un ejemplo de residencia burguesa de un comerciante adinerado, culto y con gran sensibilidad. Sus continuos viajes a París y Bruselas le permiten adquirir en los grandes almacenes europeos las “novedades” de la moda imperante. Su buen gusto de nuevo burgués romperá con el provincianismo de la sociedad salmantina.
En los salones de su Casa Lis tuvieron lugar, durante las largas tardes de invierno, las exhibiciones de los autómatas que había comprado en París y traía como su mejor regalo a su esposa.