Aparador Cloisonné

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Atribuido a Louis Majorelle (1859-1926)
Aparador Cloisonné
Francia, 1900-1910


189,5x 92×45 cm
Madera de caoba, raíz de tuya teñida en verde y cloisonné
Museo Art Nouveau y Art Decó Casa Lis

APARADOR CLOISONNÉ,
LOUIS MAJORELLE

Atribuido al ebanista y diseñador francés Louis Majorelle (Toul,1859 – Nancy 1926), este Aparador de Cloisonné de Estilo Art Nouveau presenta formas envolventes que recuerdan al movimiento de las plantas y de la naturaleza en su conjunto, todo ello mediante maderas extranjeras como caoba, raíz de tuya teñida de verde y como punto culminante, su puerta central adornada con una escena única en cloisonné.

LOUIS MAJORELLE (1859-1926)

Natural de Tou y criado en Nancy, el aclamado ebanista Louis Majorelle desarrolló y diseñó una amplia producción de mobiliario, decoración para mobiliario, cerámicas, bronces y vidrios. En un principio, hereda junto a sus hermanos la empresa Majorelle, la cual fue fundada por su padre Auguste Majorelle en Nancy. Durante los años de 1880, el artista fabrica en su mayoría copias de mobiliario estilo Luis XV, hasta la llegada de su principal fuente de inspiración e influencia, el famoso vidriero y artesano de muebles Émile Gallé, con quien realizó múltiples colaboraciones a lo largo de su carrera artística.

Gracias a esta amistad, Majorelle se convirtió en uno de los principales fundadores de la École de Nancy en 1901, cuyo líder no fue otro que el propio Gallé. Se convirtió desde el primer momento en uno de los vicepresidentes, considerándose a nivel histórico como una de las figuras impulsoras en el desarrollo del Art Nouveau en las artes decorativas francesas y ayudando a su vez a la homogeneidad artística y arquitectónica de la ciudad de Lorena, capital histórica del ducado de Nancy.

Siempre persiguió un estilo Art Nouveau, exponiendo gran parte de su producción en la Exposición Universal de París de 1909 y alcanzando con ello gran fama internacional. Pero no solo exploró el Estilo Modernista, ya que el auge del Art Decó trajo consigo, a partir de 1914, un giro en la producción artística de Majorelle, quien once años después participaría en la Exposición Internacional de Artes Decorativas de París de 1925 como uno de los principales miembros del jurado e incluso diseñando, en colaboración con Alfred Lévy, el interior del Pabellón de Nancy, muy alabado por la crítica del momento.

En cuanto a las características de sus muebles, son reconocidos por representar fielmente os preceptos del Art Nouveau, ya que, bajo una base de referentes góticos, barrocos o rococós, presenta formas naturalistas y florales en marquetería y maderas nobles, en su mayoría de procedencia extranjera. Esto entra en total consonancia con el espíritu de los años 20, con esos viajes y descubrimientos en países exóticos y extranjeros , aplicando por tanto a su producción el olmo, la nuez, el castaño, el roble, la haya, el cerezo, el acebo o la pera, dotando así a sus muebles de tonos suaves y armoniosos.

EL APARADOR DE CLOISONNÉ (1900-1910)


Datado aproximadamente entre los años 1900 a 1910, el aparador de cloisonné presenta un diseño trapezoidal en madera de caoba, una de las maderas más valoradas por su gran belleza natural, siendo utilizada normalmente en la fabricación de muebles de interior de carpintería fina. Esta madera se puede ver en la placa trasera y en las tallas del aparador, mientras que en la parte interior del armario central observamos una madera chapeada en raíz de tuya tintada en verde, algo poco habitual para la época, puesto que se prefería un mayor naturalismo en el material.


Presenta una estructura en forma de marco que se une a la parte trasera mediante la placa de madera anteriormente citada, siendo el conjunto decorado mediante un friso superior con flores talladas sobre los perfiles del aparador y un friso inferior de flores talladas en semi-relieve.

PROCESO DE FABRICACIÓN, ENSAMBLADO Y MONTAJE

Este mueble es un claro ejemplo de la fabricación mixta que se realizaba en los años 20 del siglo XX, ya que la primera fase del mueble se realizaba con maquinaria y la segunda sería un tallado a mano o artesanal. La fase industrial en la fabricación del aparador se puede resumir en un primer proceso de despiece del tablón de madera mediante una sierra de cinta, pasando a un cepillado y posterior rectificado de las caras de la madera que fue previamente despiezada; después se desbastarían las curvas y se mecanizarían algunos de los ensambles y diferentes uniones, finalizando con la realización de molduras, pero no en todas las zonas del mueble, ya que ciertas uniones se debían rematar de forma manual.

Para finalizar, encontraríamos la fase artesanal, en la cual se repasarían y ajustarían las piezas a ensamblar, ya que algunas de ellas no van armadas a 90 grados. La otra parte fundamental es el tallado de las piezas y el remate de las uniones de molduras, en la que el operario debía tener una gran destreza con la gubia. Debemos resaltar que las molduras en las partes curvas de los muebles rara vez se podían trabajar en las máquinas, por lo que casi con toda seguridad se debieron hacer de forma manual a golpe de gubia.

En cuanto a las técnicas de ensamblado y montaje, se pueden distinguir mediante las uniones de madera con madera o ensambles, una serie de uniones mediante elementos metálicos y herrajes. Los ensambles utilizados para este aparador fueron los de caja y espiga, los cuales se encontraban en las uniones de los largueros con las patas y de los bastidores laterales, formando el cajón central. Otra unión, probablemente utilizada en este mueble, fue el machihembrado o doble acanalado, el cual facilitaba las uniones en elementos alargados y de poca sección como es el caso.


Por otro lado, los junquillos que unen el entrepaño con el bastidor debieran estar encolados y unidos al bastidor mediante puntas, dejando al entrepaño sin encolar dentro del armazón, para evitar así las tensiones que se pudieran crear con la pérdida o aumento de humedad.


Por último, los herrajes que actualmente posee este aparador son fundamentalmente bisagras de ala acodada, una cerradura, un tirador, guías metálicas troqueladas para dar movilidad a las baldas, puntas para la fijación de los junquillos, y tornillos de cabeza plana que facilitan la fijación de la trasera y otros elementos.

PUERTA DE CLOISONNÉ

Si por algo destaca esta pieza del resto de mobiliario es por su singular puerta, decorada mediante una vidriera de Cloisonné. Este tipo de vidrios se creaba a partir de diminutas cuentas de vidrio encajadas entre delgadas tiras de latón sin ningún tipo de cocción ni soldadura. El procedimiento comenzaba con el diseño de un dibujo a tamaño natural, el cual se colocaba debajo de un cristal transparente de la misma medida en el cual se había aplicado previamente una solución de goma arábiga. Posteriormente, sobre este cristal, se depositaban alambres de latón doblados siguiendo los contornos, siendo adheridos con goma arábiga.

A continuación, se añadían las partículas de vidrio y finalmente, se procedía al encolado mediante la aplicación de cola de pescado caliente. Una vez seco el adhesivo, se cubría la vidriera con otro cristal de un menor grosor y se cerraba los lados mediante un fino cordón de masilla y papel engomado, o bien con láminas de cobre estañado.

En este caso, encontramos representado, mediante el arte del Cloisonné, el III Acto de la ópera “La Bohème” de Giacomo Puccini. En concreto y gracias a la información cedida por Giovanni Christen, se ha podido averiguar que dicho cloisonné fue realizado siguiendo el diseño de la portada central en la edición impresa de la partitura de dicha opera, firmada por el pintor, diseñador, ilustrador y escenógrafo Alfredo Hohenstein en 1896.

Según dicha fuente, se habrían utilizado otras imágenes para conformar la escena que hoy podemos observar en el aparador de la Casa Lis, siendo la más parecida la del propio estreno teatral. Dichas imágenes estarían basadas en una serie de postales italianas, las cuales se piensa que fueron autorizadas por la Casa Ricordi, mostrando a los intérpretes de la primera representación con sus trajes de escena. A su vez, se habrían utilizado para el diseño escenográfico del cloisonné la valla metálica utilizada en la propia ópera para representar la Barrière d’Enferm en invierno, con sus casas adyacentes.

En dicha escena se pueden identificar a la pareja formada por Rodolfo y Mimi agarrados y paseando por la calle, representando el amor joven y pasional; mientras que en un plano trasero vemos el encuentro entre Musetta y Marcello, representado el amor tumultuoso y volátil. Para representar los rostros de la joven Musetta y de los otros personajes en escena, probablemente se basaron en los diseños de la primera representación llevada a cabo en Turín, de la cual se conservan postales y diseños escenográficos que ilustran la importancia de la ópera en todas las ramas artísticas de los años 20 del siglo XX, siendo un claro ejemplo de ello este bello y singular Aparador de Majorelle.

DOCUMENTACIÓN Y TEXTOS: Esther Pérez García

FUENTES: