El Museo Art Nouveau y Art Déco – Casa Lis reabrió sus puertas el martes 26 de mayo
(28 de mayo de 2020) El Museo Art Nouveau y Art Déco ha reabierto sus puertas el martes 26 de mayo y se han reanudado las visitas de cuantas personas han deseado acercarse a la Casa Lis para disfrutar la exposición temporal “De Rubens a Van Dyck. La pintura flamenca en la colección Gerstenmaier” y novedades como la recién remodelada sala de Bronces Viena. Para ello, los visitantes, cuyo aforo no puede superar las 90 personas, cumplen con todas las medidas sanitarias necesarias implantadas en el Museo en colaboración con el Ayuntamiento de Salamanca para garantizar la protección de visitantes y empleados de la institución. El horario de apertura de la la Casa lis de 11 a 14 horas y de 17 a 19 horas y quienes visitan el Museo Casa Lis acompañados lo hacen con la gratuidad de un acompañante por cada visita.
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MEDIDAS DE SEGURIDAD Y DE CARÁCTER SANITARIO
La reapertura del Museo Art Nouveau y Art Déco – Casa Lis se realizó el martes 26 con todas las medidas de seguridad y de carácter sanitario necesarias para ello, lo que ha supuesto una profunda y minuciosa limpieza y desinfección de todos los espacios de la Casa Lis previa a su apertura, medida que se repitediariamente en la institución donde también se ha establecido una reducción de su aforo total a 90 personas y limitaciones en el número de visitantes que pueden encontrarse al mismo tiempo en cada sala, así como la circulación diferenciada en el edificio para el acceso y salida del público y para el tránsito interior a través de dos escaleras distintas para subir y bajar de la primera planta y señalización específica indicando estos itinerarios para el público. De este modo, se evitarán aglomeraciones y será posible mantener la distancia de seguridad recomendada entre los visitantes y entre ellos y los empleados del Museo. Además, se han instalado mamparas de seguridad en la recepción para minimizar el contacto entre visitantes y empleados durante el acceso a la Casa Lis, objetivo cuya consecución también se persigue con la retirada del libro de visitantes.
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Normas de acceso al Museo Casa Lis en el cartel colocado en su entrada.
Igualmente, tanto el personal del Museo como los visitantes que se acerquen a él deben usar mascarillas de forma obligatoria. Además, se debe proceder a la limpieza frecuente de manos con geles hidroalcohólicos accesibles al público a través de varios dispensadores instalados en distintos puntos de la Casa Lis, así como el lavado de manos, que podrá realizarse en los aseos de la planta baja (los únicos que permanecerán abiertos para su uso debido a la necesidad de extremar la limpieza y desinfección en ellos, que se realizará varias veces a lo largo de cada jornada, al igual que en los elementos de uso continuo por parte de los visitantes, tales como pomos y tiradores de puertas).
A estas medidas de seguridad e higiene se suma la prioridad en el acceso para mayores de 65 años establecida por el Museo en la franja de 11 a 12 horas de la mañana, si bien también se facilitará su acceso rápido en el resto del horario de apertura de la institución si en alguna de las franjas horarias se produjeran esperas para acceder al edificio por parte del público, lo que se regulará en el exterior del edificio guardando cola con la debida distancia de seguridad entre quienes deseen visitar la Casa Lis.
EXPOSICIÓN “DE RUBENS A VAN DYCK. LA PINTURA FLAMENCA EN LA COLECCIÓN GERSTENMAIER”
Quienes se acerquen al Museo Art Nouveau y Art Déco – Casa Lis podrán disfrutar entre las 11 y 14 horas y entre las 17 y 19 horas la exposición “De Rubens a Van Dyck. La pintura flamenca en la colección Gerstenmaier”, muestra temporal que podrá seguir exhibiéndose en la Casa Lis de Salamanca tras su reapertura gracias a la generosidad del propietario de las piezas que la componen, el coleccionista Rodolfo Gerstenmaier, quien ha posibilitado que se posponga su fecha de clausura inicialmente prevista para el 19 de mayo. Así, todos los visitantes podrán recorrer las salas del Museo para admirar el medio centenar de obras de pintura flamenca creadas entre el siglo XV y principios del XVIII por las figuras más importantes de esta época tales como Peter Paul Rubens, Anton Van Dyck, Hendrick Goltzius, Jan Brueghel El Viejo, Joost de Momper El Joven, Martin de Vos, Jan Brueghel de Velours, Jan Van Kessel El Viejo, Gaspar Pieter Verbruggen.
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Fotografía de una sala de la exposición “De Rubens a Van Dyck. La pintura flamenca en la colección Gerstenmaier”.
A través de esta exposición, se pueden apreciar en la Casa Lis los diferentes géneros que abordaron los artistas de la escuela flamenca entre los que destacan las obras de carácter religioso, mitológico, retratos, así como el paisaje característico del arte flamenco del siglo XVII, sobresaliendo, como era habitual en los artistas de Flandes, el juego de luces y sombras. Además, se ha otorgado gran importancia al bodegón o naturaleza muerta, género relegado a un papel secundario durante siglos, si bien con gran importancia a lo largo de la historia del arte y de la pintura flamenca. Así, destaca la pintura de flores, afición que se había despertado en Europa a finales del siglo XVI con la importación de flores exóticas de Oriente Próximo, Asia y América. Muchas de estas composiciones consistían en guirnaldas que decoraban escenas religiosas. Generalmente, las obras de este tipo eran regalos para los gobernantes y los representantes de la Iglesia. También podían decorar capillas privadas de la nobleza y destacadas sacristías de algunas órdenes religiosas. No debe olvidarse que algunas de las fuentes de inspiración principales para los artistas de Flandes eran el Antiguo y el Nuevo Testamento, especialmente el Génesis, el Apocalipsis y los escritos que narran la infancia de Cristo y la Pasión.
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“Virgen de Cumberland”. Pedro Pablo Rubens. Óleo sobre tabla.
Con esta exposición, además de mostrar la maestría de los pintores flamencos, se establece un vínculo entre la decoración de las viviendas de la burguesía como la Casa Lis y la pintura flamenca. A mediados del siglo XIX, se puso de moda en las casas de la aristocracia y de la burguesía emergente decorar los comedores con las denominadas naturalezas muertas. Era costumbre engalanar el comedor principal de las grandes casas con cuadros que celebran la comida y los placeres de la mesa. Como ejemplo de vivienda burguesa de finales del siglo XIX y principios del XX, la Casa Lis posee en sus elementos arquitectónicos decorativos como techos, puertas y frisos motivos florales, guirnaldas de estética modernista e inspiración floral al igual que las naturalezas muertas que se exhiben en la exposición. Como en las capillas privadas de la nobleza, la Casa Lis tenía su propio oratorio privado, mandado construir por doña Dolores Primo, esposa de don Miguel de Lis, para poder practicar el culto desde su propia casa. Hoy en día no se conserva, pero a través de esta exposición se pueden contemplar obras de temática religiosa que podrían haber decorado la capilla de la Casa Lis. Muchas de estas composiciones consistían en guirnaldas florales que decoraban escenas religiosas.
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“Naturaleza muerta”. Jan van Kessel “El Viejo”. Óleo sobre lienzo.
La exposición también muestra una cuidada selección de grabados, demostrando que los flamencos eran unos grandes maestros en el dominio de esta técnica: las estampas muestran una gran habilidad con el buril así como una calidad de impresión excelente. Un ejemplo es la serie “Iconografía de hombres ilustres”, de Anton van Dyck, que muestra la democratización del retrato al que tenían acceso un mayor número de grupos sociales, gracias a la mayor valoración del hombre por sus propios méritos y a la difusión de las técnicas calcográficas. En este tipo de galerías, se representaban las glorias intelectuales, políticas o económicas de la sociedad. Esta es, en definitiva, una exquisita selección que nos muestra algunas creaciones de las figuras más importantes de la pintura flamenca, creaciones que podrán disfrutarse de nuevo en la Casa Lis a partir del martes 26 de mayo.
RENOVACIÓN MUSEOGRÁFICA DE LA SALA DE BRONCES VIENA
Además de la exposición temporal “De Rubens a Van Dyck. La pintura flamenca en la colección Gerstenmaier”, los visitantes del Museo Art Nouveau y Art Déco también disfrutan desde el martes 26 de mayo la exposición permanente compuesta por 19 colecciones entre las que destacan sus criselefantinas, muñecas, vidrios, abanicos, joyería, pintura, porcelanas y la recién remodelada sala de bronces Viena. Gracias a las mejoras realizadas en la museografía de esta sala durante las últimas semanas, donde se han modificado las vitrinas e iluminación de las piezas, además de haberse procedido a la reubicación de gran parte de ellas, se han optimizado la conservación y exposición de estas obras, de modo que los visitantes podrán apreciar con mayor detalle los colores, volúmenes, formas y detalles de estas figuras de bronce policromado de pequeño formato.
En ellas, como en la mayor parte de las colecciones y piezas del Museo, puede apreciarse la influencia de múltiples culturas en la creación artística. Europa vivía a principios del siglo XX un gran desarrollo de las ciencias naturales que se debe, entre otras razones, al descubrimiento de los paraísos naturales y exóticos de la expansión colonial del siglo XIX. Los europeos sentían atracción por los viajes a los países africanos y asiáticos para conocer el exotismo que reflejaba la literatura de la época. “Lo que nosotros queremos es lo que los japoneses han hecho siempre”, afirmaba Josef Hoffmann, uno de los fundadores de la Sezession vienesa, revelación que pone de manifiesto la profunda admiración de los artistas europeos de principios de finales del siglo XIX y comienzos del XX por los artistas nipones y el arte oriental.
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‘Nativo en camello’. Franz Bergmann.Bronce Viena policromado. 23 cm. C. 1900.
De las colonias comenzaron a llegar animales salvajes y se fundaron los primeros zoológicos, donde las familias burguesas de las ciudades pasaban las tardes de domingo. El cinematógrafo proyectaba documentales sobre las costumbres y formas de vida de estos países y “Las Mil y Una Noches” se convirtió en un referente literario en todas las tertulias de los cafés vieneses. Todos estos nuevos conocimientos se materializan en las Exposiciones Universales, verdaderos escaparates de la modernidad.
A principios del siglo XIX, existían en Viena más de 300 talleres que trabajaban el oro y la plata. En 1850, Mathias Bergman fundó un taller siguiendo la tradición francesa y a partir de entonces, comenzaron a multiplicarse en Viena los talleres de donde salieron pequeñas figuras de bronce cinceladas y policromadas que obtuvieron un gran éxito, tanto en Austria como en el resto de Europa. Los escultores austriacos como Franz Bergmann o Carl Kauba consiguieron gran proyección y el resto de Europa comenzó a sentirse atraído por poseer estas pequeñas figuras. Estas esculturas de bronce policromado de pequeño formato satisfacían los gustos de la nueva burguesía fascinada por lo exótico alcanzando un renombre mundial y llegando a venderse con el sello de bronces Viena. El Museo posee una colección que abarca toda la temática del movimiento, motivos orientales, animalísticos y eróticos.
La representación de animales es uno de los temas favoritos de los escultores de bronces vieneses y de su clientela. Los europeos sienten atracción por los países africanos y asiáticos. De las colonias comienzan a llegar animales salvajes y se fundan los primeros zoológicos. Las miniaturas representan diversas razas de perros, ciervos, periquitos, caballos, gatos, salmantones y conejos como los que inspiraron a Beatrix Potter para la creación de sus cuentos ilustrados, todos ellos cincelados y policromados con gran realismo. Como muestra de ello, destaca el gallo creado por Franz Bergman hacia 1910, junto a otros animales de bronce policromado.
Los escultores de bronce vieneses realizaron una serie de figuras eróticas, mujeres inocentes que pueden mostrar su desnudez accionando un mecanismo, para satisfacer el gusto de los nuevos ricos de la época. La mayor parte de estos desnudos son de inspiración Art Nouveau y eran creados como pequeñas esculturas decorativas para las mesas de despacho de la burguesía europea. Destaca entre ellas la “Bailarina Árabe” autómata, así como la “Mujer con túnica” de Carl Kauba, sin duda una de las esculturas más representativos de los Bronces Viena.